No es fácil recibir un perro o gato, cuidarlo, amarlo, y dejarlo ir con la esperanza de que tendrá un futuro mejor. Sin embargo, es una noble labor que permite salvar muchas vidas, y se requiere un gran corazón. Iván y Justine nos cuentan su experiencia: “Un poco antes de la pandemia, y como sabíamos que íbamos a estar en casa durante varias semanas por razones laborales, decidimos escribir a GyP para ofrecernos como hogar temporal. No sabemos cuánto tiempo nos vamos a quedar en Chile, entonces no pensamos adoptar por el momento, pero nos gustan los perros, y uno de nosotros había tenido una perrita antes, así que nos lanzamos. Ahora ya hemos recibido a cuatro perros: Fiumicino («Fiumi»), Corinto, Piura y Latacunga («Lala»), cada uno con su personalidad y su historia. Y aunque al principio haya sido a veces cansador, cada uno a su manera nos alegró la cuarentena. Fue muy bonito también verlos recuperarse de a poco y empezar a confiar en nosotros. En el barrio ahora nos conocen como la casa de los perros con cono (cuello isabelino), porque varios llegaron con fracturas en la piernas, y la Piura había sido recién esterilizada. Incluso una vecina que siempre los saluda nos dice con cariño que somos el «hotel de perritos». Y si bien nos da pena cuando se van, estamos felices de saber que han sido adoptados por personas y familias que los van a querer para toda la vida.”
Y tú, ¿te animas a ser parte del cambio? Escríbenos a hogarestemporales@garrasypatas.cl
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